Los conflictos hay que solucionarlos con la negociación y el pacto

Hay gente tan obtusa que no piensa ni en lo que pasa cada día: no se va nunca a la guerra, o no se debe ir, sin haber intentado antes arreglarse entre los enemigos, sea entre nazis y demócratas, o entre demócratas, entre una banda terrorista y el Estado, en la vida cotidiana, para resolver el conflicto antes de la guerra y sus consecuencias. No sirve ya lo que decían los romanos, aunque queda gente como el PP que están de acuerdo: “si vis pacem, para bellum”, si quieres la paz, prepara la guerra. Ahora somos más civilizados; si vis pacem, para pacem, deberíamos decir. Y si negociamos para evitar la guerra y evitar tantas muertes, también negociamos los tratados de paz con los enemigos. Mal que les pese a los de talante guerrero, a los belicosos, a los que quieren primero la guerra, y negociar una vez vencidos, sin importar demasiado los muertos por el camino, los conflictos siempre hay que intentar solucionarlos a través de la negociación, utilizando mediadores si es preciso. Nadie en su sano juicio puede prescindir de este principio, que se ha de utilizar en el momento oportuno y en determinadas circunstancias: ahora no sería el mejor momento, por supuesto. Pero negarse en redondo a negociar y atacar al gobierno para que se acepten sus soluciones por fuerza, denota una actitud cerrada, dogmática, inhumana, cruel y nadar contra la corriente del Parlamento, que ha dado su apoyo al gobierno. Por eso no cesan en su interés por que se derogue el acuerdo. ¿Por qué no quieren seguir los acuerdos antiterroristas firmados por ellos? ¿Por qué los rompen?